Ayer entrevisté a Marta Rivera de la Cruz, para el periódico que dirijo, Galicia al día.
(En mi tarjeta de visita, debajo del cargo, voy a añadir: “Sí, soy de Salamanca. No, yo tampoco lo sé”.)
El nombre me sonaba de haberlo leído en firmas de reportajes ¬-es colaboradora habitual de El País Semanal- y en artículos que tratan sobre sus libros, pero antes de prepararme la entrevista no sabía dar el título, ni aproximado, de una sola de sus novelas. Yo no, pero decenas de miles de lectores sí, puesto que Marta quedó finalista del Premio Planeta en 2006. Y aunque la sombra de Pompo, el ganador, era larga y estrecha, como él, el nombre de la escritora lucense cobró la fuerza y el empuje que proporciona el más mediático de los premios literarios; y si de su novela Que veinte años no es nada (ganadora del Premio Ateneo Joven de Sevilla) se sacaron tres ediciones de 5.000 ejemplares, Tiempo de prodigios se tuvo una tirada de 80.000.
Marta es guapa y sabe sacarse partido. Ha escrito sobre moda, personajes históricos… Le apasiona Rosalía de Castro y cuando Alfonso S. Palomares la invitó a impartir una conferencia en la institucion que dirige, la Casa de Galicia en Madrid, escogió como tema a la autora de Follas novas.
La lucense habló con tal contundencia y seguridad - la que da conocer bien un tema-, realizando un recorrido conjunto por la vida y obra de Rosalía, insinuando que las separaciones entre Murguía y su esposa eran sospechosamente prolongadas, que dejó boquiabierto al público que, como yo, nunca la habíamos escuchado.
El aplauso se prolongó más de lo habitual en estos casos, y el comentario general que se oía entre los asistentes era que se había hecho corto.
Nadie dijo “qué chica tan mona”, sino “qué bien habla, cómo se expresa, qué pena que haya acabado ya…”. Porque Marta tiene la virtud de que cuando habla, su mensaje supera en interés e intensidad a su belleza, a su estilismo: No es que lo menosprecie ni que lo cubra, sino que lo ‘elimina momentáneamente de la percepción sensorial del oyente, y así permite centrar los sentidos en la forma de comunicar que tiene esta periodista de raza que combina escritura, periodismo, conferencias y vida de manera envidiable. Y sin restar tiempo a nada, a amigos, familia, conferencias…
Por algo la gran Antonia Kerrigan se fijó en ella para ser su agente, y presentó, sin que ella lo supiera, su novela En tiempo de prodigios al premio Planeta.
Blog de Marta: www.Martariveradelacruz.com
viernes, 11 de abril de 2008
Marta Rivera de la Cruz
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